Todos miramos a Paula expectantes. ¿Qué quería que hiciera Darío? ¿Y por qué le había escogido a él?
-¡Vamos Darío!- le dijo Diego intentando dar ánimos aunque noté una pizca de envidia.
-En realidad te voy a pedir tres pequeñas cosas. Y creo que ninguna te va a costar mucho esfuerzo. Vamos, acércate.-le dijo Paula. Darío se acercó despacio. Puede que intuyera lo peligrosa que podía llegar a ser.
-Quiero…-le dijo susurrando suavemente. A él se le veía un tanto nervioso, por lo que Paula le puso una mano sobre el hombro.- ¡Tranquilo! Sólo quiero tu móvil. Y tu correo, si no es mucho pedir.
Darío respiro aliviado y le fue dando esos datos a la vez que ella los apuntaba en el móvil.
-Y… ¿Q-qué era la… tercera cosa?- le preguntó Darío en un susurro inaudible.
-Una sonrisa.-le dijo Paula dulcemente pero sin ningún tono provocativo en la voz.- Regálame una sonrisa.
Darío estaba tan nervioso que sólo le salió una mueca.
-Vamos… Si no sabes sonreír ¿qué va a ser de ti?-le dijo Paula.
Él esbozó una gran sonrisa al oír el comentario.
-Así está mejor… Y esto de regalo.- Paula se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. Noté cómo Diego y Álvaro estaban incómodos y un tanto molestos. Darío se sonrojó un poco y escondió su mirada tras su largo flequillo. Ahora que me daba cuenta, tenía los ojos de un gris oscuro. Entonces adiviné una de las razones de Paula para elegir a Darío y darle un beso.
-Te toca. ¿A quién eliges?- dijo Paula.
Él nos miró a las dos indeciso. Por su expresión me pareció que no quería obligarnos a hacer nada.
-Es que… a mí todo esto me da igual. El reto era más entre Diego y Paula.-dijo Darío y yo lo corroboré asintiendo.
-¡Vamos Darío! Sabemos que te estás muriendo por pedirle un morreo a Paula.-dijo Diego, lo que hizo que Darío le dedicara una mirada asesina.
-Haré todo lo que me pidas.- dijo Paula.
-No quiero nada, de ninguna de las dos.
-Vamos tío, una oportunidad como ésta no se presenta todos los días.-dijo Álvaro.
-Que sepas que a ti también te puede elegir, listillo.- le dijo Diego
-¡Que paso tíos! Que esto es de niños pequeños.-dijo Darío un poco molesto. Se metió las manos en los bolsillos del pantalón y salió a la calle.
-¡Espera Darío!-gritó Paula. Me cogió del brazo y tiró de mí-Vamos, Diana.
Salimos tras él dejando a Álvaro y Diego en la bolera.
Avanzaba con paso rápido, así que tuvimos que correr e ir esquivando gente hasta que Paula consiguió cogerle por el brazo.
-¡Darío, para!- le gritó Paula.- ¿Por qué te has ido? Sólo eran bromas, pasa de ellos.
-¡Es que estoy cansado de ellos! ¡Se comportan como críos!
-Al huir has sido tú el que se ha comportado así. Te has puesto a su nivel.
Darío suspiró fuertemente y miró para otro lado.
-Darío…- empecé a decir.
-¿Qué queréis que haga, eh? ¿Qué vuelva y que les pida perdón? ¿Que diga las mismas tonterías que ellos?- dijo bastante enfadado. Quién pensaría que saldría aquel nivel de voz del chico callado.
-No, pero al menos continúa el juego esta vez. Hazlo por mí.-le dijo Paula poniendo las manos sobre sus hombros. Yo carraspeé.- Y por Diana
Yo le sonreí y susurré un gracias.
-Pide lo mismo que ha pedido Paula.-le dije.- Así el maldito juego se acabará pronto y ellos te dejarán en paz, al menos durante un rato.
El inspiró fuertemente, como para controlarse y asintió despacio.
-Vale lo haré. Paula, ¿me das tu móvil y correo?
-¿No quieres también una sonrisa?- dijo ella sonriendo ampliamente.
-Ya me la estás regalando.- le dijo dulcemente. Se miraron a los ojos durante un par de segundos. Carraspeé otra vez a propósito y Paula le empezó a dar su número. Cuando empezaba así a mirar aun chico, ya puedo dar por sentado que no parará hasta que caiga a sus pies. Pero Darío puede que sea el primero que tarde más de una semana en caer. Al menos mantiene la compostura cuando la mira.
-Bueno ¿vamos a ir a recoger a estos o no?- pregunté
-Qué remedio…-dijo Paula.- ¿Crees que seguirán esperando?
-Puede, no sé. Aunque les dará igual, seguro que ya han encontrado nueva compañía.- dijo Darío a la vez que apagaba el móvil.- Así no nos molestarán mientras os invito al Starbucks.- Paula iba a contestar pero él le cortó.- Os obligo a que me dejéis invitaros.
-¡Ya me dijiste lo que tenía que hacer! ¡Y lo hice! No nos puedes obligar.
-Lo siento, lo de antes era una pregunta… Y tú la has contestado- dijo con una media sonrisa en la cara.
Paula sonrió dándose por vencida y le seguimos al Starbucks.
5 alivios para mis lágrimas:
que tontos son los otros.. Dario me cae bien :) un beso y muchas gracias por pasarte por mi blog!!
NONONO D: Yo quiero a Darío con Di, con Paula noooo u.ú Él es un amor! Bueno, será lo que tu mano escritora decida. Ya quiero leer el siguiente capítulo n.n
Estoy d acuerdo con natt!
Porqe Di esta sola?
Jumm
Sisi! Dario es lindo xra ella :(
Aun asi la historia esta preciosa :)
FABULOSO
pero tambn concuerdo con natt XD
besos
cada vez me gusta mas lo que escribes, me encantan los dialogos.
gracias por pasarte por mi blog, me alegra mucho q te guste. besis
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