Cuatro meses más tarde.
Arrastro el lápiz por el papel. No sé que estoy realmente pintando, pero sí en que estoy pensando. Y no es precisamente en las ecuaciones que está Mari Carmen escribiendo en la pizarra. ¿O estábamos viendo trigonometría? Ya no me acuerdo. Las mates nunca se me han dado bien, ni tampoco atender en clase cuando mi cabeza tiene mejores cosas que pensar. Dicen que las matemáticas resuelven problemas. ¡Pues a ver si resuelven el mío! Hace justamente un año, Javi estaba sentado delante de mí. Yo mientras le observaba desde atrás. No me podía sentir más agradecida por esa posición privilegiada. Estábamos en matemáticas (¡qué casualidad!) y yo no hacía otra cosa que mirarle, pero él no se daba cuenta. A veces me cabrea que los tíos no se den cuenta de que les estás mirando, pero en ese momento me daba totalmente igual. De repente se dio la vuelta y me miró con esos ojos verdes que me paralizaban y me hacían sonreírle como una boba.
-Hola Di.- me dijo y me hizo derretir por dentro, aún más cuando se peinó con la mano y acercó un poco su silla a mi mesa.
-Hola.-dije intentando no poner mi cara de boba.
-¿Sabes? hoy es mi cumple y…
-¡Felicidades!
-Gracias. Voy a…-se dio la vuelta para asegurarse de que la profe no le veía ni oía.- Voy a invitar a unos cuantos a unas pizzas, ya sabes, en la pizzería de la esquina, y luego iremos al parque ese del centro, no sé si se llama parque mayor, a hacer un poco el tonto.
-Sí, lo conozco.
-Pues… ¿quieres venir? También he invitado a Paula. Aunque sé que de todos modos ella se habría “autoinvitado”.-dijo con una sonrisa
Yo me moría. Es decir ¿Javi invitándome a su cumple? ¿A MÍ? Tenía que ser broma.
-Bueno ¿puedes venir?- me preguntó sacándome de mi embobamiento.
-Eh… Sí, creo que sí puedo. A ver hoy es…
-Viernes
-¿¡Viernes!? ¿Ya? Juraría que era jueves.- dije confusa. Él se empezó a reír bajito.
-¡Eh! ¿Qué pasa?
- Te lo has creído. Sí, hoy es jueves. Pero mañana es fiesta. Así que es como si hoy fuera viernes.
-Serás cruel… ¡Ya me lo había creído!- dije dándole un ligero puñetazo en el hombro. Tan suave que me pareció una caricia.
-¿Entonces vienes?
-¡Por supuesto! Pero el regalo…
-Tranquila, ya me lo darás otro día. O si no participa en el regalo colectivo. Están recogiendo el dinero Gabriel y Sergio.
Yo me quedé un poco confusa. ¿Cómo podía saber él todo eso? ¿No era sorpresa? Parece ser que tenía esas preguntas pintadas en la cara porque Javi seguidamente me dijo:
-Te preguntarás por qué lo sé. Bueno, pues Sergio es un bocazas y no sabe disimilar, así que se lo saqué en seguida. Pero aún no sé el regalo. Eso sí prefiero que sea sorpresa. Aunque me han llegado algunos rumores…
Yo le sonreí ampliamente. No me podía sentir más feliz. Era tan fácil hablar con él…
Y ahora estaba yo aquí, otra vez en matemáticas, otra vez 15 de enero, pero él ya no se sentaba delante de mí. Ya ni siquiera estaba en la clase, ni en la ciudad. Ya había pasado cuatro meses y yo no le olvidaba. ¿Por qué me ha calado tan hondo?
De repente sonó la alarma que indicaba el final de la clase. Estaba recogiendo los libros cuando apareció a mi lado Paula. La hiperactiva y loca Paula. Lo de hiperactiva no es en serio, pero lo parece, no se puede estar quieta.
-Diana, dime, por favor, que has entendido algo de probabilidad.- ¡Ah! A sí que ahora estábamos dando eso…- Diana, Di, vuelve a la Tierra por favor. ¿¡Qué te pasa!? Nunca te he visto atenta en mate, pero esta vez ha sido ¡puff! desconexión total. Dime que te llena esa cabecita-.dijo dándome un suave golpe en la frente.
-¿Sabes que día es hoy?- le pregunté.
-No.-dijo riéndose.- Bien sabes que no sé en que día vivo. ¡No me acuerdo ni de mi cumpleaños!
-Es verdad, lo había olvidado. El año pasado te tuve que recordar que era tu cumple.-dije con una sonrisa.
-Así soy yo. Pero ahora cuenta.
-Bueno, pues hace un año…- cogí aire innecesariamente.- fue el cumple de Javi, y…
-¡Por Dios, Diana! No me digas que aún piensas en él. Han pasado…- se lo pensó, pero al no saber que mes era lo dejó.- ¡mucho tiempo! Ya han pasado incluso las vacaciones de Navidad, y ese es un plazo de tiempo más que de sobra para olvidar a un tío. No te machaques tú sola, Di.
-Lo sé, pero es que no sé que me pasa. Me ha calado hondo. Recordar su cumpleaños… Me lo pasé TAN bien. Y estaba tan amable…-suspiré.
-Lo sé Di. Y estuvo mirándote todo el tiempo, si eso te consuela. Pero él siempre ha olvidado pronto. Y, por una vez, haz tú lo mismo.-dijo acariciándome el pelo.
“Ojalá fuera posible, Paula, ojalá…”
3 alivios para mis lágrimas:
awwww
que bonitoooooo
pobre diana
que graaan historia
cuidate mucho
bye
impresionante! me encanta (L)!
Que terca que es Diana :( Ojala se quite a Javi de la cabeza pronto
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