Corrieron por las oscuras calles hasta que salieron de la ciudad. Samuel se dio la vuelta para ver si Estela aún les seguía. No vio nada, pero estaba seguro que pronto aparecería.
-¡¡Dame el colgante!!-le dijo Keira- ¡¡Rápido!!
-¿Dónde vamos a ir?
-¡¡Eso da igual!! ¡¡Dámelo!!
-¡No me fío de ti!! ¡¡Dime dónde vamos!!
Keira resopló, el ángel era realmente cabezota.
-¿Dónde quieres que vayamos? ¿A tomar un refresco a la Tierra? ¿A saludar a Kelthanz? Creía que querías buscar a alguien.
-La verdad, no me importaría tomar un refresco.
-¡¡Déjate de tonterías y dame el colgante!! Teníamos un trato, tú me conseguías el talismán y yo te llevaba hasta Luminor.
-¡Tú lo has dicho! Te conseguía el talismán, no te lo daba.
-¡¡¡Dámelo!!!
-¡¡¡No!!!
En ese instante Samuel apretó el colgante. Keira, viendo lo que iba a ocurrir, se apresuró a agarrarse a Samuel, pero llegó demasiado tarde. Samuel había desaparecido con el talismán.
-¡¡¡Ángel estúpido!!!- gritó al aire.
Allí, a las afueras de la ciudad, todo estaba desierto y no se oía ningún ruido. Un frío viento empezó a soplar y Keira se acercó hasta una casa abandonada y en ruinas. Se sentó apoyando la espalda en la fachada y pegó las piernas al cuerpo rodeándolas con los brazos. A saber dónde se le había ocurrido ir al ángel. Podría estar en cualquier sitio que le se le hubiera antojado. Keira miró el desolado paisaje con ojos cansados. Sin el colgante no podía ir a ningún sitio. A ver si se le ocurría volver a por ella.
Mientras, Samuel miraba el paisaje se le presentaba ante sus ojos. Nunca había estado allí, que él recordara. Cuando apretó al colgante sólo pensó en alejarse de Keira, pero no había pensado en ningún lugar en especial. Estaba asustado, y solo.
3 sept 2009
Capítulo 20
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