Capítulo 14

-Pero tú dijiste que debías protegerme. ¿Por qué ahora quieres ponerme en peligro?-le preguntó Samuel.
-La vida aquí es así, lo primero es la supervivencia de uno mismo. Tú no puedes sobrevivir sin mí y yo no puedo sobrevivir sin lo que quiero que hagas.
-Espera, espera, ¿¡que yo no puedo sobrevivir sin ti!?
-Sí. –dijo Keira cruzándose de brazos.- Ni un día.
Samuel sabía que era cierto, necesitaba a alguien que le guiara por el infierno por lo menos unos cuantos días.
-Bueno, qué quieres que haga, Keira.
-Lo primero necesitas cambiar un poco tu aspecto. Esas alas son demasiado chillonas.
-¿Qué les vas a hacer?
-Nada, tranquilo, nada…

-¡¡No pienso ir así!!- gritó Samuel al ver las ropas que le había traído Keira. ¡¡Son horribles!!
-No puedes ir por ahí con una túnica blanca, aquí todos llevamos ropas oscuras, te capturarían enseguida.
Samuel miró con horror la túnica corta y los pantalones negros. Keira también le había traído una armadura, botas y un puñal. Lo cogió todo y se dispuso a ponérselo.

-Ahora tocan esas alas- dijo Keira removiendo un líquido negro.
-¡¡No las toques!!
-Sólo es un tinte, se irá el color dentro de unos cuantos días. Se saca de esos árboles.
-Ah, los árboles malignos…-murmuró Samuel.
Keira le empezó a aplicar el tinte con cuidado y mientras él se perdía en sus pensamientos. No sabía qué había sido de Hekiaziel, y cuando todo hubiera acabado pensaba volver para ver si, por si alguna casualidad, había sobrevivido. Pero mientras debería ayudar a la diablesa para que ella le llevara hasta el tal Luminor.
-Es la hora- dijo Keira con una pícara sonrisa