Capitulo 13

-Porque así es y ha sido siempre.

Ha Samuel no le gustaba nada aquella chica con sus secas respuestas. Pero no podía salir de allí sin su ayuda.

-¿Cómo sabes por dónde tenemos que ir?

Keira entornó sus enormes ojos grises:

-¿Siempre haces tantas preguntas?

-Cuando me guía un demonio por un lugar que no conozco sí.

-¿No te gusta la oscuridad?

-¿Cómo va a gustarme algo en lo que no puedo ver?

-OH, no lo sabía.

-¿El qué no sabías?

-Que no puedes ver en la oscuridad.-le dijo la diablesa sonriendo.-Seguiremos andando.

Y desde entonces Samuel no dijo nada.

No tardaron mucho en llegar a una pequeña puerta oscura. Salieron a la luz del día, y Samuel tardó un rato en que se le acostubraran los ojos.

Acto seguido, estiró las alas para alejarse de allí, pero algo tiró de él hacia atrás.

-¿A dónde crees que vas?-le dijo Keira.-Tu y yo tenemos una pequeña deuda pendiente.

-¡¿Qué?!-preguntó Samuel, sorprendido.

-Acabo de salvarte la vida, por lo tanto, tenemos una deuda.

-¡Estás loca! ¡Yo no tengo deudas con diablesas idiotas como tu!

-No te pases.

-¡Yo no te pedí que me ayudaras!

-Pero tampoco rechazaste mi ayuda. Y si no cumples una deuda, el castigo aquí es la muerte.

-¿Todavía estamos en la Ciudad del Miedo?

-Sí. No te preocupes-dijo al observar la expresión de desolación del ángel.-Lo que yo quiero que hagas para mí no es difícil, solo un poco peligroso.