Capítulo 8

-Me llamo Kelthanz, señor de este palacio y sucesor de tu antiguo señor.-dijo el gran demonio extendiendo su mano a Hekiaziel.
Éste le dio la mano, mientras le observaba. Se le confundiría con un ángel si no fuera no sus grandes alas negras. Tenía una gran sonrisa amable en un rostro perfecto. Sus ojos eran de un verde intenso y hubieran parecido inocentes si tras ellos no se encontrara una mirada fría y calculadora. Su gran tamaño y su grave voz imponían bastante, lo que hacía que Samuel se apartara de él lo más posible.
Hekiaziel estaba muy sorprendido respecto a Kelthanz. Nunca le había visto y parecía muy preparado para el cargo. Los sucesores solían ser sirvientes del antiguo señor o demonios de gran influencia o poder. Su aspecto también le había despistado por completo. “¿Un demonio con cara de ángel? Es algo imposible”-se decía- “¿Y desde cuando los demonios nos damos la mano?”

-Todos estos años me han estado preparando para este puesto- dijo Kelthanz sonriendo a Hekiaziel- por eso no me has visto. Y no me entrenado sólo aquí, sino también en otros lugares que ni siquiera puedes imaginar. Estuve una temporada en la Tierra, de ahí lo de la mano.

Hekiaziel se quedó de piedra y Samuel comprendió que a él también le había leído el pensamiento. No sabía mucho sobre demonios, pero si lo suficiente para saber que no tienen ese tipo de poderes.


Continuación: interrupción
Siento el retraso.