Iba a responderle que no me iba a arrepentir, pero en ese momento vino Gabriel con tres vasos y un paquete de galletas.
-¡Galletitas saladas!-gritó Paula- ¡Gabi te adoro!
-Ya lo sabía- respondió con una sonrisa ladeada. Esa era una de mis sonrisas preferidas de él. Paula se abalanzó sobre las galletas, llenándose las manos y la boca de ellas.
-No dejes ninguna. ¿Por qué íbamos a querer los demás alguna?-dijo Gabriel. Paula le lanzó una mirada amenazadora y luego cogió un vaso y se lo llenó de batido.
-Nunca pensé que podría comer tanto.- me susurró Gabriel al oído, lo que me hizo cosquillas y sonreír.
-Será bajita y flacucha, pero ese cuerpo traga de todo. No sé cómo lo consigue.-le susurré
-¡Ey! Que os estoy oyendo.- Del bolso de Pesadilla antes de Navidad se empezó a escuchar Famous Last Words de My Chemical Romance.- ¡Ay, me llaman!- Paula se apresuró a sacar su móvil y a salir de la habitación.
-Qué canción más bonita…-dijo Gabriel irónicamente.- No he oído chico que grite más que ese.
-Yo ya estoy acostumbrada. Hasta me gusta alguna canción.-le dije. De repente Gabriel se acercó a mí y me puso la mano sobre la frente.
-¿Estás enferma? Quizás te hayas resfriado por ir tan…-bajó la mirada a mi escote- como vas.
-Un pequeño resfriado no te da fiebre, bobo. Y estoy bien.
-Por un momento creía que te ibas a convertir en otra Paula.
-Tranquilo, aún sigo escuchando a Pignoise, Maldita Nerea, La Oreja de Van Gogh… - le dije con una sonrisa
-Bueno, no me parecen lo mejor del mundo.- hice un gesto de desagrado.- pero son mejor que esos gritones.
-Ya… -se hizo un silencio incómodo. Los odiaba, sobre todo porque solían aparecer cuando no estaba Paula. Lógico, ¿no? Levante la mirada y vi sus ojos clavados en mí, por suerte, en mi cara. Le sonreí y volví a mirar a la alfombra, nunca me he atrevido a mantener la mirada a un chico que me gusta.
-Y… ¿qué empezamos a estudiar?-me preguntó.
-Mmm, no sé, lo que te apetezca.
-Pues empiezo yo dando clases.-dijo añadiendo una gran sonrisa.
Saqué el libro y cuaderno de mate y empecé a buscar los ejercicios que no comprendía.
-Son estos. ¿Quieres verlos?
-Eh, mira empieza haciendo este y yo veo cómo lo haces. Cuando no sepas seguir te ayudo.
-Vale.
Empecé a hacerlo. Había escogido uno de los más fáciles, pero yo no podía concentrarme. Gabriel estaba pegado a mí, o eso me parecía. Hice algunas operaciones en el papel sin sentido y el enseguida me cogió el bolígrafo.
-¿De verdad no sabes hacer esto?- me preguntó. Me estaba mirando intensamente a los ojos. De ese modo me di cuenta de que el escote había sido una idea estúpida, le interesaban más mis ojos.
-Pues… no, hoy no. Pero ayer me salieron todos a la primera.
-Vale, voy a explicártelos.
Se volvió a pegar a mí y entonces no pude prestar más atención. Oía cómo decía “Pasas esta x aquí” “Eso lo sustituyes por el resultado que te haya salido” “No te olvides de comprobar esto” y cosas por el estilo; pero yo sólo me podía fijar en los mechones dorados de su pelo y en el precioso color chocolate de sus ojos cuando levantaba la mirada para asegurarse de que le estaba prestando atención.
-¿Diana? ¿Me estás escuchando?-dijo Gabriel en una ocasión.
-Eh… sí, sí.
-¿Estás segura?
-Pues, no sé la verdad. La cabeza se me va a otros temas. Creo que me he resfriado.- cosa que era verdad, había estornudado más de una vez
-Te lo dije…- y sonrió ladeadamente.
-Creo que…
-¿Qué estáis haciendo que no estudiáis?- dijo Paula de repente metiendo su cabeza entre nosotros dos.
-…voy a buscar la bufanda.-terminé la frase.
-¿Te has resfriado? ¡Te lo dije!- exclamó Paula.
-Ya, ya lo sé. Me lo dijisteis los dos.
-¿Sabes quién me ha llamado?-me preguntó Paula. Yo me encogí de hombros y negué levemente con la cabeza. -¡Darío!
2 alivios para mis lágrimas:
Guau, esta genial la historia, me encanta!
El dibujo no lo hice yo, ya me gustaria x) bueno unbeso!Espero que te guste la nueva historia!!
uuuu que royooooo jaja me gustaaaan los royosss
lo siento me agarro un poco la locura jaja
cuidate
mil besos
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