Cuando Paula empezaba así había que tener cuidado. Se sentó enfrente del chico que nos había llamado con movimientos felinos mientras él la miraba atentamente. Yo directamente preferí apartar la vista de aquel espectáculo. Me senté enfrente de un chico de pelo negro con un largo flequillo y con un piercing de aro en el labio de abajo. Parecía el más tranquilo, pero también miraba a Paula. Hice un ruido de desagrado que le hizo mirarme y a continuación miró al suelo, como arrepintiéndose de haberla mirado.
-Bueno, ¿cómo os llamáis guapas?-dijo el que estaba enfrente de Paula. Tenía el pelo rubio oscuro y hacia arriba por efecto de la gomina. Examinaba a Paula con los ojos entrecerrados y sus labios gruesos sonreían maliciosamente.
El chico más apartado tenía el pelo castaño y un poco ondulado, y unos grandes ojos oscuros de largas pestañas.
-Yo soy Paula, y esta es Diana.-todos se giraron y creo que fue el único momento en el que se dieron cuenta de que existía.- ¿Y vosotros?
-Yo me llamo Diego.-dijo el rubio.- Este es…
-Álvaro.-dijo el chico de los ojos grandes.
-Y este soso de aquí es Darío.-dijo Diego empujando al chico del piercing.
-Sé hablar por mí mismo.-dijo Darío en su susurro.
-¡Oooh tío! ¿Le has oído? ¡Ha hablado!-dijo Adrián
-Ya ves, increíble. Para que hayas hablado tienen que gustarte mucho estas señoritas.-dijo Diego.
Paula hizo un gesto de desagrado, ya que no le gustaba nada que la llamaran “señorita”. Darío miró hacia otro lado molesto.
-Bueno, vamos a dejarlo.-dijo Diego.- ¿Sois de por aquí cerca?
-No, vivimos cerca de las afueras. El polideportivo grande nos pilla cerca, y también la estación.
-Ah, ya. Conozco esa zona.-dijo Diego. Todos nos quedamos callados y se formó un silencio incómodo.
-Bueno y ¿qué os trae por aquí?- dijo Álvaro.
-Venimos muy a menudo, casi todos los viernes, así no es nada nuevo para nosotras “el centro”. Pero, bueno, si tienes interés te lo digo.-dijo a Álvaro provocativa. Paula se quedó callada y Álvaro confuso.
-¿Tienes interés o no?-le dijo Paula al par de segundos. Álvaro se encogió de hombros y susurró un “bueno…” Diego se empezó a reír ruidosamente al ver la expresión de su amigo.
-Vamos al cine y a la peluquería. Siento decepcionarte.-dijo Paula con una mirada de superioridad. Le encantaba jugar con los chicos y dejarlos a sus pies. Yo nunca entendería ese comportamiento, pero me reía bastante con ella.
-Bueno aunque también… íbamos a buscar un chico para Diana y, bueno, por qué no, también para mí…- dijo con una mirada provocativa Paula que hizo que Diego le mirara de la misma forma mientras se mordía el labio de abajo.
-¡Pues es vuestro día de suerte!- dijo Diego.- Tenéis asegurada una divertida tarde en nuestra compañía.
-¿Y qué es lo que le pasa a esta preciosidad para que busque compañía masculina?- dijo Álvaro mirándome directamente a los ojos.
-Nada…-empecé a decir.
-El amor, que nos da a todos mil vueltas para luego darnos la espalda.- dijo Paula pasándome el brazo por los hombros. La miré furiosa. Ya me estaba empezando a cabrear su comportamiento estúpido.
-¿Y a qué peli íbais a ir?- nos preguntó Diego.
-No habíamos pensado ninguna.-dijo Paula. Yo pensaba decirla que yo sí tenía una pensada, pero me callé. Al fin y al cabo la conversación era entre Paula, Diego y Álvaro. Miré a Darío. Tenía la misma postura que yo, un poco encogido, observando la conversación sin decir nada.
-¿Sabéis?-dijo Diego.- Vamos con vosotras al cine y os invitamos a palomitas. Si vosotras queréis…
Paula sonrió ampliamente y me miró expectante, esperando mi respuesta.
-Mmm… Vaaale.- respondí sin saber por qué. Quizás todo cambiaba esta tarde. O no…
3 alivios para mis lágrimas:
siii que genial
me gusto el cap
cuidate mucho
me encantan los blogs de gente que escribe :) te sigo♥
Gracias a las dos ^^
Publicar un comentario