-¿Qué quieres?- le preguntó Keira secamente.
-Dios mío, qué humor…- le contestó Nathalie.- Y eso que solo pensaba ayudarte…
-No necesito tu ayuda.
Nathalie la miró de arriba abajo.
-Sí, si que la necesitas. ¿No pensarás ir a la fiesta con esas pintas?
Keira miró su camiseta negra ancha, sus vaqueros y sus gastadas deportivas.
-No le veo nada malo.
-Puff… ¡ven! Entra en mi habitación.
Keira la siguió de mala gana mirando aún su ropa.
-Mira, Keira, es una fiesta para adultos, no podemos parecer críos. Nos vamos a colar, te recuerdo. Y simplemente, vestida así no te van a dejar pasar.
-Pues que me quedo fuera, no tengo ningún inconveniente.
-¡Es que tú formas parte del plan! ¡Todos! Así que nadie se escaquea. Y ahora vete deshaciendo esa trenza que voy buscándote un vestido.- dijo mientras desaparecía en su armario.
Keira se quedó de brazos cruzados. “¿Por qué tengo que hacerla caso? Yo estoy a gusto como voy… Pero tiene razón, así nunca me dejarán entrar…” Keira resopló y empezó a deshacerse la trenza.
-¡¡Eso no me lo pienso poner!!- dijo cuando vio que Nathalie sacaba un vestido rosa pastel lleno de volantes.
-¿Por qué no? Te quedaría muy bien… ¿Y qué tal este verde?
Keira negó con la cabeza y Nathalie prosiguió con su búsqueda. Al poco apareció con uno de palabra de honor turquesa.
-¡¡No, no!! ¡No me lo pienso poner! No pienso llamar la atención.
-Por favor… ya apenas me quedan vestidos…-Nathalie lo guardó y sacó enseguida uno negro de tirantes muy simple.- ¿Y este? Dime que sí…
-Vaaaale. Dámelo.
-Por cierto, tienes un pelo muy bonito. Deberías dejártelo suelto más a menudo.
-¿¡Qué!? Creo haber oído mal… ¿Qué quieres de mí, Nathalie?
- ¿Yo? Sólo intento ser amable. ¿Es que no funciona?
Keira se dio la vuelta y se metió en el baño.
-Eh… ¿Nathalie? Esto es muy corto.
-¡Qué va! Venga, sal de ahí.
Keira abrió la puerta indecisa.
-¡Te queda perfecto! No sé por qué te quejas. ¡Parece que está hecho a medida!
-Que es muy corto, que yo no voy así.
-Ven siéntate, que te peino.- Le dijo Nathalie.
-Primero soluciona lo del vestido.
-¡Que te queda bien! Y ahora siéntate. Si no me doy prisa llegaremos tarde por tu culpa.
-Ya ves lo que me importa.- le respondió Keira mientras se sentaba
-Cuéntame algo de tí. ¿Donde vivías?- le preguntó Nathalie mientras cogía las tenacillas.
-En el infierno.
-¡Ja ja! Ya… si eres un demonio. ¿Pero dónde?
-En la Ciudad del Miedo, en el castillo del Señor.
-Ah… ¿y era bonito?
-Si, precioso. Con una gente amabilísima.-le contestó con tono irónico. Nathalie parecía que no lo había cogido y siguió preguntando:
-¿Y entonces por qué no sigues allí?
-Me escapé.
-Pero, ¿por qué? ¿No piensas cómo puede estar tu madre?
-Muerta.
Ante esto Nathalie se calló y terminó de rizarle el pelo.
-Ven, mírame que te voy a maquillar un poco. ¡Dios mío que pálida eres! Y te tengo que conseguir resaltar esos ojos…tienes un color muy bonito, ¿lo sabías?
-Supongo.
-Bien ahora estate quieta y no cierres el ojo…bien.
-¿Y tu madre? ¿Dónde está?- A Nathalie se le resbaló el lápiz de la mano, moviendo la prefecta línea que había trazado.
-¿Por qué lo preguntas?
-Tú me has preguntado sobre mi madre, ¿no?
Nathalie empezó a limpiarle la raya que se había salido
-Bueno pues… no se nada de mi madre.- dijo Nathalie en un susurro.
-¿Por qué? ¿Te has enfadado?
-Simplemente “no sé nada” de mi madre.
-¿¡No sabes quién es tu madre!?- le preguntó alarmada Keira
-No. Sólo sé que era una musa… como yo.
-Pero… ¿Caroline y Gabrielle son tus verdaderas hermanas?
-Mmm, en parte. Somos hermanastras.
-Ah…
Nathalie terminó de poner una sombra oscura en los párpados de Keira.
-Bueno, ¡ya estás! Mírate.
Keira lo hizo y se llevó una sorpresa. Su pelo caía formando unas delicadas ondas. Y su cara… bueno, no parecía ella. Sus ojos grises destacaban gracias al maquillaje negro que Nathalie le había puesto y sus mejillas estaban rosadas. Y el vestido no le quedaba nada mal. Muy corto, seguía pensando, pero le gustaba. Y…
-Necesito unos zapatos
Nathalie fue a buscarlos y volvió con unas sandalias con tacón negras.
-¿No tienes unas botas altas?
-Sí, pero no te pegarían. Tengo otras sandalias más bonitas, pero me las voy a poner yo.
.Keira se las puso y empezó a andar pero notó que se tambaleaba.
-Esto es inestable.
-Es lo que pasa por la falta de práctica.- le contestó Nathalie.- ¿Quieres unos pendientes?
-No gracias…
-¡Sí, cógelos! Son los que están encima de la mesa, esos brillantes.
Keira se los puso y se volvió a mirar. Guau, estaba irreconocible. ¿Qué pensaría Samuel? ¿Le gustaría?
-Vamos, yo ya estoy.- le dijo Nathalie colocándose bien su vestido fucsia, aún más corto que el de Keira.
Salieron por la puerta y fueron a la recepción del hotel. Allí ya todos estaban arreglados, incluso Samuel, del que estaba agarrada Gabrielle, al parecer, su nueva estilista.
Keira andaba con miedo por culpa de aquellos finos tacones, y justo cuando llegaron al lado de los demás, el derecho se torció. Keira perdió el equilibrio pero unos brazos la sujetaron. Se sorprendió al ver a Samuel, que esbozaba una sonrisa confundida.
-Keira… ¿eres tú?
Ella se lo pensó varias veces antes de contestar.
-Pues…claro. ¿Si no quién iba a ser?
-No sé, estás irreconocible.
-Dale las gracias a Nathalie.- dijo, mientras ésta posaba para que también la mirara a ella.- y, por cierto, ya puedes quitar las manos.
Samuel se apresuró a soltarla, sonrojándose.
-Ahora seguro que no me van a dejar pasar.- dijo Samuel.- ¡todas sois más altas que yo!
-Ya crecerás.- dijo maliciosamente Keira revolviéndole el pelo.
-No, Samuel… yo aún soy más baja que tú…- le dijo con una voz suave Gabrielle. –Podría ser tu acompañante…
-Todos somos acompañantes de todos.-dijo Nathalie a Gabrielle entrecerrando los ojos.
-Vaaaamos, por favor. ¡Que vamos a llegar tarde!- dijo Caroline impaciente.
Todas empezaron a salir, pero Samuel retuvo a Keira.
-Keira…espera. Tengo esto para ti.- Samuel sacó de uno de sus bolsillos el talismán y se lo ofreció.- Bueno, te pega y además es mejor que lo tengas a mano por si hay que escapar…
-Gracias.- le contestó Keira mientras se lo ponía
-Y puedes ir apoyándote en mí si ves que te vas a volver a caer.
-Ja-ja, muy gracioso.
-No lo decía en broma.
-¡Vamos, daros prisa!- les chilló Nathalie.- Además, parece que va a llover….
8 dic 2009
Capítulo 36
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6 alivios para mis lágrimas:
Te has herniado???XD
casi!!! no hombre, todo ese texto sale solo al fin y al cabo!!!
jajaja
Es que Gema estaba inspirada xD
jaja... Bea, si no quieres que nadie te reconzca, al menos cambiate la imagen!!! Yu_mania... si a la semana te habrás cansao de él!!!
¬¬
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